DE VIOLACIONES, MENAS E INTEGRACIÓN

Repugnancia y desmoralización provoca tamaña depravación de quien practica la violencia en cotas tan inasumibles e inexplicables que no muestra conciencia, entendida como conocimiento inmanente y automático que discierne lo correcto, sin categorizar en un primer momento conforme a las circunstancias, impulsando la acción de forma acorde con nuestra naturaleza social y posibilitando la supervivencia ordenada. Si lo que se pretende es la violación, provoca nausea no solo robarle la integridad, también su futuro, al dejar a la victima en el mejor de los casos con lesiones permanentes de por vida

A la crueldad y ensañamiento del ser humano en general se suma el de las sociedades que no han progresado en valores  y han vehiculado su frustración económica y social a través de la radicalización religiosa, conviertiendo a algunos de sus desplazados en odiadores que después de siglos profesan alguna forma de yihad

Soy bastante pesimista en cuanto a la integración, si no se llega a discernir entre acerbo cultural y tradiciones vejatorias o entre normas cívicas de interpretaciones rigurosas de mandatos sagrados que, en un momento dado, cultivan el odio a través de la diferencia, en vez de redimir al hombre

Creo que en el futuro la no integración, la tolerancia de solo una parte de la sociedad, normalmente la que acoge al inmigrante, y los objetivos de conquista de territorios sin proyecto para sus habitantes, podría llegar a construir extensas naciones, que no grandes, aun a costa del exterminio cultural, de derechos y conquistas sociales que, sin darnos cuenta, en un momento concreto se tornaron irrecuperables

Por Fran J. Polo